Después de más de 500 partidos dirigiendo a Brown de Adrogué y una fugaz experiencia en Agropecuario, Pablo Vicó decidió cambiar de ritmo. Ya sin la adrenalina del ascenso profesional, hoy su día a día transcurre entre clínicas deportivas, entrenadores jóvenes y cientos de chicos que dan sus primeros pasos en el fútbol. Su nuevo destino: las Escuelas River.
Vicó no forma parte del staff oficial del club de Núñez, pero fue convocado para asesorar a los técnicos que inician su camino en las escuelas de formación ubicadas en Adrogué, Quilmes y Florencio Varela, que funcionan con autorización de River, aunque de forma independiente.
“Por la mañana, día por medio, trabajo en el predio municipal de Burzaco dando clínicas para chicas y chicos. Y a la tarde, fui convocado por River para asesorar a los entrenadores que están arrancando. Me permite tener la cabeza ocupada, algo que necesitaba”, contó en una entrevista.
Según explicó, la propuesta le llegó a través de Hermes Desio y fue bien recibida por quienes gestionan las escuelas: “Eso quiere decir que algo lindo dejaste. Te llena de orgullo”, dijo con emoción.
Hoy, lejos de los flashes y los partidos del ascenso, Vicó se mantiene vigente en su propia trinchera: “Veo a más de 800 chicos y me ocupo de guiar a los entrenadores. Les pedí no estar al frente de los entrenamientos, pero sí disfruto mucho este rol. La gente de River tuvo un respeto total conmigo”.